Fuente: www.entrepreneur.com
Las emprendedoras encuentran el tiempo y el espacio para desarrollar sus proyectos,
manteniendo la responsabilidad de su casa, quizá de los hijos si los tiene, la pareja o
alguna mascota.
Deborah termina su jornada laboral a las 8 pm. Ha atendido a las muchas reuniones
programadas, contestó decenas de correos y resolvió los pendientes que debía finalizar. Sé
siente agotada pero la ilusión la recarga de energía. Abre una nueva reunión de Zoom y sé
conecta con Cecilia y Verónica para seguir construyendo su plan de negocio.
La mujer emprendedora encuentra el tiempo y el espacio para desarrollar sus proyectos,
manteniendo la responsabilidad de su casa, quizá de los hijos si los tiene, la pareja o alguna
mascota.
Deborah es una mujer soltera en la mitad de sus cuarenta y dirige un área estratégica en la
organización donde trabaja, Cecilia es madre soltera y consultora en Recursos Humanos,
además es maestra de danza, Verónica es una mujer de 30 años que trabaja por su cuenta
como pedagoga y tallerista, le encanta la pintura.
Las tres, al igual que muchas mujeres que emprenden, se están encontrando con el reto de
conjugar sus empleos, responsabilidades familiares, su vida personal y el deseo de emprender.
El mayor reto que enfrenta Deborah, Cecilia y Verónica es la brecha de género en los
negocios y la inclusión de mujeres en el emprendimiento.
La conciliación de la vida laboral y familiar
Las mujeres dedican en promedio un 4.29 horas al hogar y su familia, superando a los
hombres en 1.12 horas. Sin embargo, en el trabajo remunerado las mujeres ocupan
6.43 horas en contraste con los hombres que emplean 7.55 horas al día.
La mujer renuncia a actividades como aficiones, reuniones, deporte, medios de
comunicación y vida social, para poder atender el trabajo y su familia.
Las cargas y responsabilidades familiares representan un obstáculo a una
incorporación plena de la mujer en el mercado emprendedor. La dedicación femenina
duplica a la masculina, de 2,06 horas diarias en ellos y de 3,84 en ellas.
La feminización de sectores económicos
Los estereotipos generan que el destino de la mujer que emprende tienda al comercio
de moda, perfumería, estética, arte y creatividad; mientras que el hombre se orienta
más por la producción, el transporte, la construcción y tecnologías.
Factores de personalidad de las mujeres (ventajas)
- Son más decididas, tenaces y constantes a la hora de montar un negocio
- Luchadoras y están dispuestas a hacer todo tipo de trabajos
- Gestionan mejor los negocios y cumplen oportunamente con sus pagos, por lo que
gozan de más garantías en los apoyos económicos - Se han educado más en una cultura del orden, de la estética
- Se orientan más a la competitividad de la eficacia
- Optimizan su tiempo y hacen las cosas de la mejor forma posible
- Trabajan más por los resultados
- En la contratación prefieren a las mujeres porque se perciben como más activas, serias
y organizadas para hacer el trabajo - Valoran el trato personal, que es más suave y la capacidad para la comunicación social
Principales obstáculos del emprendimiento
Tanto hombres como mujeres encuentran tres principales obstáculos al emprender,
que son:
* Acceso a financiamiento
* Acceso a redes de contactos o mentores
* Falta de preparación y conocimiento en la materia.
Las mujeres asumen la existencia de falta de confianza para asumir riesgos, y para los
hombres es la disponibilidad de tiempo.
La autopercepción de las mujeres emprendedoras
Se autoidentifican como personas, no se restringen a ser solo empresarias o madres;
debido a que tienen múltiples facetas de madre, amiga, esposa, hija, emprendedora…
y procuran mantener su vida personal en equilibrio.
Tienen una consciencia de que su dedicación se debe centrar en su negocio y
compartir otras prioridades vitales en su trayectoria personal y familiar.
Las mujeres se incorporan al emprendimiento para obtener una mejor calidad de vida, y por la
necesidad de generar dos ingresos para su hogar. Las emprendedoras no son tan valoradas,
ya que, por la dedicación a su proyecto, deben abandonar una parte de su rol reproductivo.
Así también no se acepta la alta dedicación al emprendimiento en la misma medida que a los
hombres, ya que esto se asocia al “abandono” de las actividades del hogar y cuidado de la
familia.
Mientras finalizo este texto, Deborah, Cecilia y Verónica han inaugurado su negocio e iniciaron
las operaciones con un tumulto de desafíos que les depara resolver. Se encuentran unidas y
atrincheradas para con sus propios recursos lograr que su emprendimiento, sea otro de esos
caso de éxito de los que tanto se habla.